Diálogo con el protagonista de "La dosis", película que se estrena este jueves en Cine.Ar
El actor Carlos Portaluppi protagoniza “La dosis”, a la que define como una película que “habla sobre la condición humana y sobre nuestra sanidad”, cuyo estreno será este jueves a las 22 por Cine.ar TV y desde el viernes 23 se podrá ver en Cine.ar Play.
Este es un filme “que conduce a la apertura de un debate acerca de la eutanasia, instancia que es legal en algunos países de Europa y que acá sigue siendo un tema tabú”, expresó Portaluppi en entrevista con Télam.
Inspirada en un hecho real, la ópera prima de Martín Kraut narra la historia de Marcos, un enfermero intensivista con vasta experiencia y una extensa carrera que ve cómo comienza a complicarse su situación ante la llegada de un nuevo enfermero.
Con distintos matices, la trama muestra a un hombre atravesado por un debate interno al pasar cada día de su vida en una terapia intensiva viendo a los pacientes batallar entre la vida y la muerte.
“La película cuenta un mundo que es real, que está muy cercano a nosotros, un tema que no está instalado pero que existe y me parece que es momento de empezar a hablarlo”, dijo el intérprete de títulos como “Vidas robadas” (2008), “Hombres de honor” (2005), “Industria argentina” (2011), “Corralón” (2017) y “El marginal” (2016).
“Y a la vez pone en primer plano una realidad actual que tiene que ver con cómo viven los enfermeros que hoy en día son nuestros héroes; este sector de la salud que en este momento está en la primera fila de la batalla contra esta pandemia espantosa”, añadió Portaluppi, acompañado en pantalla por Ignacio Rogers y Lorena Vega.
Télam: ¿Qué le atrajo de este proyecto?
Carlos Portaluppi: Me gustó muchísimo la temática y cómo se abordó esta situación que está inspirada en la historia de dos enfermeros uruguayos de en una clínica en la que había empezado a subir considerablemente la tasa de mortalidad en la sala de terapia intensiva; situación que empezó a llamar la atención y llevó a una investigación en la que finalmente los enfermeros terminaron confesando que practicaban la eutanasia en casos de enfermos terminales.
T: ¿Cuál es su opinión acerca de la eutanasia?
CP: No tengo una postura tomada al respecto, pero sí me parece importante empezar a pensar y a hablar del tema.
No soy pro eutanasia pero me parece que es propicio iniciar un debate para ver qué es lo que sucede con los pacientes en estado terminal, que eligen y desean acabar con su sufrimiento y que a veces no encuentran los recursos legales para poder hacerlo.
T: Que se escuche la voz de los pacientes.
CP: Exactamente. Escucharlos, darles un espacio para que puedan armar un planteo. Me parece que es un derecho muy personal. Dos o tres años antes del rodaje de la película transité una situación familiar con mi hermano menor, que pasó mucho tiempo padeciendo una situación muy compleja y si bien él nunca pidió cortar con su sufrimiento, era tristísimo verlo así cada día. Cuando ingresó a la clínica el médico me dijo que tenía un grado de mortalidad altísima y eso nos bajó las expectativas, pero él era una persona de mucha fe y tuvo momentos que parecía que se recuperaba, nunca pensamos en una situación de eutanasia, siempre estuvo presente la esperanza.
Toda esta situación me permitió un contacto muy íntimo con la película por los conocimientos que adquirí, desde lo administrativo hasta lo técnico, acompañándolo hasta su último día.
T: ¿Esta vivencia personal fue otro motivo para hacer esta película?
CP: Sí, por supuesto. Fue un proceso interior, de acompañamiento, era algo que todavía estaba muy vívido en mí. Hay escenas donde estoy haciendo prácticas que eran habituales en el vínculo con mi hermano. Aprendí a hacer cosas a la par de los enfermeros. Pude aportar esa experiencia para poder contar y transmitir cómo se vive y cómo se respira dentro de una sala de terapia intensiva. Así que cuando hubo que filmar solo me puse el uniforme.
T: ¿Esta experiencia fue importante para armar el personaje?
CP: Sí, fue un tránsito muy fluido porque había todo un conocimiento de cómo accionar en ese lugar. Además, teníamos el apoyo de una enfermera que estaba permanentemente para evacuar cualquier duda que tuviéramos. Esto también me permitió en cierta medida seguir conectado desde otro lugar con mi experiencia de vida.
T: ¿Cuál es la particularidad de Marcos Roldán?
CP: Su compromiso, la visión esperanzadora que tenía en determinados casos. Hay una situación muy clara, cuando un paciente le pide que lo ayude a acabar con su sufrimiento y él se niega porque sabe que tiene posibilidades de salir adelante. Ese costado humano también está presente, si bien luego se lo ve realizar las prácticas a las que estaba habituado, con cierta empatía y con la finalidad de terminar con el padecimiento y no desde un acto criminal en sí. Es un personaje con un costado oscuro, hay una dualidad y claramente lo ve reflejado con el nuevo enfermero que viene a coparle la parada.
T: ¿Cuál es su mirada hoy con respecto al trabajo de los enfermeros?
CP. En cierta medida es un homenaje, es ponerlos en primer plano, si bien en esta historia no quedan bien parados, me parece importante que se vea y se reconozca el trabajo de los enfermeros y de los médicos que están en esta situación y muchas veces son bastardeados por una parte de la sociedad y no se valora el aporte extraordinario que están haciendo. Están mal pagos y sin descanso. Es una situación muy compleja la que atraviesan y sin embargo el amor por su labor hace que se trasladen día a día para cumplir con su trabajo en condiciones pésimas.
T: ¿Qué piensa del reclamo que están llevando adelante para ser reconocidos como profesionales de la salud?
CP: Tienen mi apoyo absoluto, es un reclamo más que justo. Merecen un reconocimiento que va más allá de cualquier situación, son fundamentales. Es necesario y urgente que se contemple la situación actual de los enfermeros.